La caravana ciclista llegaba a la provincia de Castellón y tenía aquí una etapa muy especial para todos nosotros, dado que pasaba por la puerta del Centro “La Bartola” en Benicàssim y acababa muy cerca del Centro “Gran Vía” de Castellón. La magia del deporte estaba asegurada para todos nuestros residentes y usuarios, pero aún habría más sorpresas.
Un evento de estas dimensiones hace que una ciudad como Castellón se transforme por un día, siendo necesaria la ayuda de muchas personas para que todo salga bien. Desde el Club Ciclista Costa Azahar mostrando una especial sensibilidad y en colaboración con el Ayuntamiento de Castellón, se nos solicitó cooperación para el corte de calles y señalización al paso del pelotón ciclista en diferentes zonas de la ciudad.
Nuestros residentes del CEEM Gran Vía, CEEM La Bartola y usuarios del CRIS Gran Vía se prestaron voluntarios, y vivieron una jornada en la que la participación ciudadana, la emoción de la carrera y la posibilidad de compartir un día juntos iban a ir de la mano.
El día comenzó con una comida todos juntos, donde los diferentes participantes, un total de 30, se pudieron conocer y disfrutar de un rato de ocio juntos. Según se iba acercando la hora del paso del pelotón, con ciertos nervios, cada uno se colocó en el sitio establecido en el que se debía velar por la seguridad del paso de los ciclistas, informando al resto de conductores y viandantes de la celebración del evento.
Fue un momento muy especial, en el que se entendió la importancia de la labor que hacían, y se vio recompensada con la posibilidad de ver pasar a todo el pelotón ciclista tan cerca.
Ojalá, esta actividad en el que combinamos deporte, convivencia, servicio a nuestra ciudad y sobretodo integración de nuestros residentes y usuarios en la propia ciudad se repita pronto.